En un extraño mundo
de sueños e ilusiones
cada año pasaba
un extraño soñador.
De unos tomaba el dinero
de otros tomaba el amor
repartiéndolos luego
a los que vivían peor.
Se le oía por las calles
Las plazas y la estación
y subía por las casas
pidiendo, con afán cautivador:
¿Quien me compra una sonrisa?
¿Quien me compra una ilusión?
¡Quien me compre la esperanza!
Le regalo todo mi AMOR.
5 comentarios:
¡Si no fuera el soñador! Cada día nos queda menos, pero podemos soñar
Lindo e profundo...
Hola de nuevo y mil gracias por tus visitas.
Ya te he agregado a mi blog y te visitare con frecuencia.
Un besico desde el rincón mágico
www.villarochel.com
Ah, si las ilusiones se pudieran comprar!... o mejor no, seguro que valdrian muy caras.
Besicos
Encarna
Muito lindo!
Obrigada amiga por estar presente sempre no meu espaço.
Beijo.
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